Representante Legal

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Muchas leyes, pero pocas acciones...

Perspectiva Política y algo más…

*Muchas leyes pero pocas acciones *La encrucijada llamada Pemex


Hace apenas algunas semanas en una de mis modestas colaboraciones periodísticas, citaba cómo en un arranque de sinceridad o de enfado, el coordinador del Congreso del Estado de Jalisco, declaró a los medios lo siguiente: “La gran mayoría de las iniciativas de ley o de reforma que se ventilan en el congreso, son meras ocurrencias y que desde luego no tienen un buen fin” lo anterior entre otras cosas; el suscrito como ya fui diputado federal y diputado local, y por ende tengo alguna noción de lo que éste legislador sostiene, y porsupuesto que pensé y pienso que le asiste toda la razón, porque mire usted, el diputado o ciudadano que llega a ser diputado o senador, seguramente que lo primero que piensa es hacer leyes y ¿cómo va a salir su periodo sin hacer leyes? y saque usted cuentas que tenemos 500 diputados, más 128 senadores y póngale una iniciativa mínimo por legislador, cada año tendríamos 628 nuevas leyes o reformas, y como usted puede ver distinguido lector, así está de la caramba con estos legisladores y por ello sí creo que el legislador jalisciense le asiste toda la razón ¿y el pueblo qué papel juega en estos sucesos? Pues el pueblo paga para que todo esto sea posible, ¿casi nada verdad? Pero este vicio de legislativitis no es privativo, nada más de los legisladores, no, qué va, resulta que el presidente y/o gobernadores tienen sus respectivas nubes o círculos de “asesores” y éstos siempre están al oído del patrón inventando y sugiriendo una ley para cada problema, sólo vamos a citar algún ejemplo reciente:

“El presidente Felipe Calderón Hinojosa condenó que en México más de 30 millones de mexicanas hayan sufrido alguna forma de violencia el año pasado, y que más del 80% de los asesinatos de mujeres ocurrieran en sus hogares. Calderón afirmó que como “ciudadano, esposo y padre de familia” le preocupa e indigna el entorno del maltrato que viven millones de mexicanas; también “me duele y agravia que en el lugar donde más seguras deberían estar, que es el hogar, es donde sufran las mayores agresiones (…) Al encabezar la ceremonia del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer, en el salón Adolfo López Mateos de los Pinos, solución, una nueva ley, el jefe del Ejecutivo promulgó la ley para prevenir y sancionar la Trata de personas que se suma a una legislación promulgada en febrero en contra de la violencia de género. Y siguió planteando el presidente: México emprendió una “lucha” una “guerra frontal” en contra del crimen organizado que explota de forma sexual y laboral a niños, niñas y mujeres en el país, señaló. Explicó que una forma de reforzar aún más el marco legal en defensa de los derechos de la mujer, se dará al publicarse la ley para prevenir y sancionar la Trata de personas, la cual firmó frente a sus secretarias de Estado –Josefina Vázquez Mota, y Georgina Kesell- legisladoras, científicas, empresarias, integrantes de la sociedad civil y amas de casa”

Fijémonos nomás, dos nuevas leyes, una para prevenir y sancionar la Trata de personas y otra para castigar la violencia de género. Mire usted apreciable ciudadano, en México somos un país de leyes, pero el problema es que con tanto legislador nuevo o viejo de cada 3 o 6 años, pues ya no se haya qué hacer y ahora por cada tipo o especie de agravio o delito o sector de víctima se hace una ley, mire usted, todas estas leyes para las mujeres, para las personas con capacidades diferentes, para los niños, para los adultos mayores y muchas otras más, todos esos agravios se encuentran contemplados en nuestros códigos penales y de procedimientos, es decir, cualquier agravio u ofensa a todo ser humano, es decir a todo mexicano, se encuentra sancionado por nuestra leyes desde hace muchas décadas, sólo hace falta que la autoridad tenga voluntad, capacidad o valor para aplicar las leyes; lo que urge es que se apliquen en buena medida las que ya existen, o también una buena solución sería que se haga una ley que obligue a todos los funcionarios a cumplir y hacer cumplir la ley, porque eso de hacer leyes, más leyes por cada caso o problema, nunca vamos a dominar este sistema de tantas leyes y cada día será más difícil y compleja su aplicación. Algo hay qué hacer.

UN GALIMATÍAS LLAMADO…

Bueno, uno de los dilemas más importantes y trascendentes de nuestro país en el presente, es ¿qué debemos o vamos a hacer con Pemex? Mire usted ciudadano ya “el presidente legítimo” Andrés Manuel López Obrador, expuso en su primer informe de gobierno una serie de lineamientos o medidas inteligentes sobre lo que hay qué hacer con esta gran empresa paraestatal para hacerla progresar sin enajenarla o pasarla al dominio del capital privado nacional o extranjero, si mal no recuerdo propone siete medidas o recomendaciones, la verdad sea dicha, todas muy importantes y pertinentes; por otra parte el Gobierno de Felipe Calderón, Presidente constitucional del país, parece que no encuentra ninguna otra salida que no sea que la de abrirla a la inversión privada nacional o extranjera a dicha empresa, antes de que empiece a languidecer por falta de inversión y liquidez , pero ¡oh sorpresa!, ninguno de los dos presidentes ha podido descubrir el hilo negro o el agua tibia; ¿por qué? Pues vea usted y analice; el primero de los presidentes, López Obrador (“legítimo”) propone efectivamente varias medidas, todas de ahorro y restrictivas. El presidente constitucional Calderón, propone sólo inyectarle recursos externos del capital privado nacional o extranacional; pero ambos caen en una gran omisión, ninguno de los dos propone una depuración y saneamiento con las acciones e investigaciones necesarias, para sacar de la profunda corrupción en que se haya la empresa de mayor riqueza de los mexicanos; ambos creen que Pemex está operado, manejado y administrado por ciudadanos probos y honrados, ninguno se atreve siquiera de palabra intentar que sea revisado el emporio de mayor valor en el país, la fuente más rica y generosa que provee a la nación de dinero para su gasto corriente y para enriquecer a miles de gentes cercanas o que están dentro de Pemex ¿por qué a ninguno se le ocurre o se atreve a revisar la mayor fuente de riqueza nacional? ¿ignorancia? ¿buena fe? ¿negligencia? ¿cobardía? No lo sabemos; pero lo que sí sabemos es que Pemex está quebrando o quebrado técnicamente y que con los gobiernos que hasta hoy hemos tenido y que no se atreven a tocarlo como es evidente, seguirá en su declive o extinción; ¿pero, y los ciudadanos, qué culpa tenemos de tanta ineficacia o tanta complacencia? ¡ah! Claro que tenemos algo o mucho de culpa, hay que reflexionarlo, hay que pensar que algo podemos hacer ¿no lo cree usted así ciudadano?

Todos le jalamos la soga...

Perspectiva Política y algo más…

*Todos le jalamos a la soga de la patria con un alto riesgo *¿A las iglesias no les corresponde buscar la justicia social?


El concepto de “desarrollo social” encierra el objeto total que cualquier comunidad, estado o nación persigue y procura con todos sus instrumentos a su alcance, y sí, efectivamente no escapa a esta pretensión ningún rincón poblado del mundo, más allá de su nivel que en la actualidad tenga; también es referente obligado a tomar como propuesta y punto de partida por todos y en cada Estado o nación; ¿pero qué y cómo estamos en México respecto a esta pretensión, lema u objetivo? Mire usted ciudadano,; sin entrar en complejas historias y pasajes del pasado, analicemos nuestros estado actual respecto a este planteamiento, en nuestra nación todos los mexicanos en lo individual como gremial, luchamos por progresar, y todos estamos de acuerdo en que debemos aceptar y procurar la justicia social, pues también estamos concientes de que si formamos una sociedad sin esa pretensión y logros aunque sea a medias, sin lugar a dudas estaremos incrementando la generación de la inseguridad, la delincuencia general y la organizada y sobre todo el grave daño a los más pobres como siempre, que son los que sufren hambre, necesidades básicas y lo más grave, ausencia de salud y muchas muertes, sobre todo infantiles. Pero volviendo al tema de la justicia social; cada persona física, moral o gremio de personas por su status o dedicación, luchamos por obtener siempre ganancias, mejoras y mayores ingresos, así los que ejercen un oficio o prestan servicios profesionales, siempre buscan sacar el mayor provecho posible, los empleados de base, los eventuales y los que trabajan por honorarios, estamos en la misma sintonía, queriendo siempre ganar más y tener más provecho, los que forman gremios por su organización laboral, los sindicatos de trabajadores y patronales, siempre están en la misma pretensión, los políticos y los grandes empresarios, también están con los mismos objetivos, sólo que algunos a manera de expiar culpas o remordimientos de tanto que logran y obtienen, forman fundaciones o se convierten en dadores de migajas con la representación de altruistas, para practicar terapias psicológicas que bien les va y asienta. Cabe como siempre aclarar que en toda esta viña del señor hay las honrosas excepciones de ciudadanos honestos y probos con sentido y objetivos sociales, solidarios, que no es lo común por cierto. Pues bien, en todo este esfuerzo y objetivos de cada quien en lo personal o gremial como lo citamos con anterioridad, le jalamos a la patria y la ponemos en riesgo de destruirla, porque como es lógico y explicable, todo mundo queremos lo más conveniente para sí mismo, y la mayoría se mueve sólo por conveniencia personal, pero en las grandes coyunturas del total del tejido social se encuentran enormes conjuntos humanos que gravitan fuera de gremios y contratos laborales y que son los que sufren la verdadera pobreza, grandes células humanas conformadas por las amas de casa, los adultos mayores, los niños, las personas con capacidades diferentes, los desempleados, etc. siendo estos en su conjunto la mayoría parte de la población del país y quienes de veras sufren las consecuencias de la actitud miope o negligente de quienes sólo buscan el gran beneficio a su favor, entre los que hacen punta, los políticos y los grandes empresarios en primerísimo lugar, ¿por todo ello qué es lo que podría realizar todo ciudadano bien intencionado? No cabe duda que se trata de una verdadera encrucijada social que conlleva un entrampamiento, si tomamos en cuenta que quienes están en forma natural y legal, yo diría que hasta obligada, para evitar estos desajustes o desequilibrios en el desarrollo social, son precisamente los políticos, sin embargo es una tristeza y amarga realidad que este gremio (los políticos) es o son los más desprestigiados y provocan el menor nivel de confianza a la ciudadanía, con lo cual una vez más sólo queda una noble alternativa: La sociedad civil; por ello que importante que todo ciudadano entienda que nadie va a hacer algo bueno por él, si el propio ciudadano deja de hacerlo; yo creo que debemos fortalecer a la sociedad civil organizada, se sabe que en cada Estado de la república existen cientos de (ONGS) organismos no gubernamentales sociales, y que bien podría ser la nueva esperanza y camino a seguir por cada ciudadano uniéndonos a la sociedad o asociación civil que más nos acomode, porque será de esta fuente de donde saldrá la nueva generación de ciudadanos no contaminados, que logren y lleven a su pueblo al progreso y bienestar con un desarrollo en equilibrio.

¿LAS IGLESIAS BUSCAN LA JUSTICIA SOCIAL?

En nuestro país como en todo el mundo la gran mayoría de ciudadanos (99.5 %) profesamos alguna religión misma que a su vez nos aglutina y nos lleva a formar la respectiva iglesia o comunidad religiosa, según la creencia o religión de que se trate; sin embargo podemos notar que existen dos clases o tipos de formas de actuar de estas instituciones, a) una que consiste en el ejercicio del poder espiritual religioso y ritual y b) otra que además de ejercer este tipo de acciones, también ejercen el poder político gubernamental (las islámicas) para el caso de nuestro país y continente, sólo se practica o ejerce en su inmensa mayoría, las religiones cristianas y predominantemente la religión católica como es el caso de México. Pero volviendo al tema de la justicia social, cabe citar que nosotros los creyentes cristianos seguimos los lineamientos de un documento básico llamado Biblia y en el mismo se consignan todos los ordenamientos religiosos que debemos seguir y acatar, por ello es pertinente recordar aquel primer y más grande mandamiento que dice: “amarás al señor tu Dios con toda tu alma, con todo tu corazón sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”. Yo creo que está muy claro el mandamiento; amar a Dios sobre todas las cosas, pero además ¡amarás a tu prójimo como a ti mismo! ¿qué significa esto último? ¿no es política esto y de la buena? Porque si cada uno de nosotros queremos justicia, buenos salarios, buenos servidores públicos, buena educación, buenas medicinas y atención médica, progreso, respeto, bienestar, etc. y sí lo queremos para nosotros mismos, porque nos amamos y eso nos mandata el primer y más grande mandamiento cristiano que hagamos pero también nos obliga a hacerlo por nuestro prójimo. ¿Por qué no lo hacemos? ¿por qué las iglesias y sus pastores o ministros no nos lo piden o exigen que lo hagamos para poder cumplirle a Dios? ¿acaso estos pastores, ministros o como se denominen, confunden esta orden celestial con la política corrupta de partidos-gobierno, que sólo ven la búsqueda del poder y el dinero? Es claro y contundente que Dios nos ordena que hagamos política con este mandamiento, pero política limpia, no partidista ni de gobierno, pero sí fuerte, decidida, clara y contundente en favor de todos y cada uno de nuestros prójimos, eso debemos hacerlo todos, desde la sociedad civil y verán que hasta nuestros políticos se componen y pronto podrán ver y pisar la tierra a pesar de andar arriba de su propia nube, ya lo verá usted. ¡ah! Y las iglesias y sus operadores, también deben de, no sólo hacer política, sino que también proponerla a los fieles, pero de la política limpia que a todo ser humano nos corresponde, y así sí habrá justicia social y para todos, ¿no cree usted?