Representante Legal

jueves, 12 de julio de 2007

LOS BANCOS DEL PUEBLO

Perspectiva Política y algo más…

*Los bancos del pueblo *Cómo entender a la Corte

Como todos habremos de recordar en un pasado reciente, los mexicanos dejamos de tener aquel sistema bancario sólido, estable, definido, sin sobresaltos que habíamos disfrutado la presente y pasadas generaciones en nuestro país, y ese sistema bancario estaba en manos nada menos que de puros empresarios privados mexicanos. ¡ah! Pero todo empezó a cambiar con el gobierno de Echeverría y su exacerbado populismo, sí mis apreciados lectores que me hacen el honor de leer mis elementales análisis políticos, críticas y sugerencias; fue Echeverría quien empezó con sus sueños de grandeza y nos llevó a la caída histórica económica que continuaría su amigazo, el Presidente José López Portillo, quien vino a acelerar la debacle iniciada por su jefe y benefactor, pero entremos al tema; desde la nacionalización de la banca ordenada por López Portillo, se inició el desorden económico en México, se inició el coqueteo con el socialismo, estatismo inspirado por el gobierno cubano y a fuerzas por su pueblo que aún sufre los estragos de dicho estatismo, que no es otra cosa más, que el manejo de la economía centralizada y toda en manos de la burocracia, en detrimento de la libertad y de los ciudadanos que sí pueden o tienen talento para emprender, producir y administrar. Pero volvamos al tema, los mismos gobiernos priistas volvieron a liberar a la banca, pero ya quebrada, desorganizada y en remate, pero como en bazar, barata, porque ya era un artículo estropeado, quebrado y sólo los ciudadanos libres y con talento de emprendimiento podían levantarla, trabajarla y volver hacer un buen negocio, tan bueno que nuestros gobiernos hasta se pasan, pues le han dado tanta libertad a la banca, que ésta se convirtió en libertinaje y ahora la banca abusa de sus atribuciones, esquilmando y pellizcando por todo a los dineros de los usuarios, pero repito, de una manera abusiva y fuera de toda equidad, de tal forma que el gobierno a través de las instituciones correspondientes sólo se limita a exigir a los banqueros que les expliquen a los usuarios, que les estarán aplicando por todo, cobros y comisiones y altos intereses, explicaciones que sólo dan sutilmente o con información incompleta o engañosa. Así pues, ahora la banca ya es el gran negocio pero en manos de inversionistas extranjeros en un 80%, mismos que exigen seguridad y normas claras, más la protección o sombra que pueda el gobierno ofrendarles, que no es cualquier cosa.

El gobierno se quedó, como es de imaginarnos, con una parte del quehacer bancario, es decir, con la denominada banca de desarrollo, que yo digo banca del pueblo, porque esa banca maneja dineros del pueblo, de nuestros impuestos, y dicho sector o banca del pueblo se compone de seis bancos o instituciones del ramo: 1)Nacional Financiera, la más grande e importante, 2)Banobras, 3)Bancomext, 4)Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), 5)Banjèrcito, que es el banco de todas las Fuerzas Armadas y 6)Bansefi, que es el banco del ahorro nacional y servicios financieros.

Pero no vaya a creer usted que esta banca que maneja recursos del pueblo, que es del y para el pueblo, nos puede regalar peso alguno, no, ¡qué va!, ni siquiera prestarnos dinero, si no garantizamos y convencemos a sus ejecutivos que tenemos un proyecto seguro y productivo; así es la situación, y en todo caso el ciudadano común tiene perdón, tenemos que andar batallando de una banca a otra, a ver cuál nos empobrece menos y a ver cuál nos cree o confía en nuestros proyectos, que por cierto es como sacarse uno la lotería, si te prestan y desde luego con la prontitud y oportunidad que uno requiere. Pues esa es la banca del pueblo, la de nosotros; que es nada menos como la Industria Eléctrica (CFE) Y PEMEX, que son del pueblo, son de nosotros, pero nunca nos darán un kilowat, un litro de gasolina gratis, ¡jamás!, es más fácil que nos cobren de más o lo que en realidad no recibimos, como lo hacen seguido, y sobre todo en PEMEX, donde limitan el porcentaje de ganancias a los expendios y éstos limitan al usuario dándonos litros más chiquitos ¿y quién es el que siempre pierde? ¿El gobierno? ¿Los electricistas o expendedores de gasolina? ¿O habrá otro que siempre es la víctima?... Atinó usted; ése siempre será el ciudadano, denunciemos pues cualquier anomalía o negligencia que veamos, exijamos buen trato con amabilidad y calidez, algo podemos mejorar, ¿no cree usted?

La Suprema Corte, ¡ay! la corte ¡cómo entender sus resoluciones!

Hace apenas algunos días, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nos hizo enterar de una más de sus flamantes resoluciones contradictorias, sí amable lector, así es. Mire usted, está claro que todo acto o toda norma de carácter federal y desde luego estatal, no puede ir en contra ni más allá de la ley suprema, que es nada menos que nuestra constitución política de los Estados Unidos Mexicanos; hasta ahí entendemos, creo yo, y por cierto, que en muchas ocasiones legislan los Estados en áreas que van más allá o en contra de algunas garantías ciudadanas, pero que aguantamos, primero porque no sabemos o no tenemos quien nos defienda, segundo, por que nuestra corte sacrosanta, a quien nadie puede ni debe discutirle o rebatirle absolutamente nada, a veces nos da una de cal y a veces nos da una de arena.

Mire usted, la misma constitución y por ende la corte, esblecen que los Estados son libres y soberanos, por lo que respecta a su régimen interior, y que pueden legislar, pero siempre en concordancia con nuestra carta magna. Pero vamos al caso concreto, hace apenas dos años, dos ciudadanos mexicanos quisieron participar en el proceso electoral federal, amparados en lo establecido por nuestra constitución, donde dice muy claro que: Todo ciudadano mexicano puede votar y ser votado. Dichos ciudadanos son Jorge Castañeda Gutmán y Víctor González Torres, mismos que no tenías partido que los postulara y como los partidos no quisieron postularlos, éstos con sus propios recursos querían participar, pero la autoridad electoral no los aceptó y por ello recurrieron a la corte y este alto tribunal seguro interpretó la garantía constitucional o derecho de ser votado, con B grande y efectivamente resolvió que fueran botados. No los protegió, los botó, no les concedió dicho derecho porque había otras leyes menores que les exigía otros requisitos que no tenían y la corte aplicó dichas leyes menores. Ahora en el caso de Jorge Hank Rohn, la corte desconoce las leyes del Estado de Baja California, que prohíbe la participación de dicho ciudadano como candidato a Gobernador, por ser Presidente Municipal y pretender brincar a otro puesto sin haber terminado el primero; mismo que protestó cumplir cuando lo recibió; y la corte resuelve tú si puedes ser candidato y participar, porque la constitución establece: que todo ciudadano mexicano puede votar y ser votado. Así de simple, a ti sí te protejo. ¿Cómo entender a la corte? ¿Acaso no es posible que haya claridad y congruencia? Eso pasa en los altos niveles de la farándula política, ¿y el ciudadano común?... listo para ser ilusionado, y a veces manipulado. ¿Usted qué cree?

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