Representante Legal

sábado, 4 de agosto de 2007

què hacer con Jalisco

Perspectiva Política y algo más…

*Qué hacer con Jalisco, el muchacho es risueño *La corrupción es el origen

En este momento ya para nadie es un secreto el comportamiento e intenciones que han venido demostrando el Gobierno de Jalisco, la verdad, cualquier ciudadano más o menos enterado, es para quedarse estupefacto ante las acciones del Presidente Municipal de Cihuatlàn, con el apoyo y complacencia del Gobierno Estatal; ¿y el Federal? ¿Cuál es su función en este conflicto revivido y auspiciado por el Gobierno de Jalisco?. ¿Qué pensará? ¿Qué traerá entre manos el actual Secretario de Gobernación Francisco Ramírez Acuña, como creador y promotor de éste conflicto limítrofe a que se alude? ¿Lo sabe usted? ¿Lo sabe alguien? Yo creo que no. Pero mire usted apreciado lector, nada bueno para nadie, así como lo oyen todos, incluidos los jaliscienses, nada bueno para nadie nos depara este incomprensible, fuera de toda lógica y sentido común, comportamiento que hasta el día de hoy han venido teniendo y desplegando las autoridades jaliscienses. Nuestro Presidente de la República, es un hombre probo, honesto y honrado, a carta cabal, ¿pero hasta donde por omisión o por sugerencia del Secretario de Gobernación para bien o para mal, delineará su comportamiento sobre éste diferendo?

Nuestro novel gobernante, estoy seguro que ahora sí no sabe qué hacer ante los desplantes y conductas o hechos encabezados por las autoridades municipales de Cihuatlán; nuestro Gobernador, Silverio Cavazos Ceballos, sabe perfectamente que no debe caer en provocaciones que puedan llevar a los colimenses a un conflicto violento, donde pueda haber sin duda pérdidas humanas. El muchacho es risueño, y le están haciendo cosquillas; tal vez le conocen más que los colimenses y por ello quieren hacerlo caer, pero el Gobernador como todos y cada uno de los colimenses debemos estar unidos defendiendo con la fuerza de la razón, con la fuerza de la verdad y la ley, la integridad de nuestro territorio, ¡ah! Pero siempre pacíficamente; podemos hacer una gran valla humana de colimenses en nuestro territorio, en la colindancia con el vecino Estado de Jalisco, para demostrar nuestra unidad y nuestra determinación de que vamos a defender nuestro territorio; pero más que nada, para llamar la atención de propios y extraños, para que la autoridad (el senado) se avoque de una vez por todas a resolver, fundado en el derecho, este problema que increíblemente nos ha venido agravando el Gobierno del vecino Estado, nuestros vecinos y hermanos mexicanos jaliscienses. Debemos aclarar con todo respeto y comedimiento, que no son los jaliscienses (el pueblo) quienes han venido primero iniciando y luego atizando este conflicto limítrofe, no amigos lectores, no los son nuestro hermanos de Jalisco; lo son y no sabemos siquiera si son nacidos en Jalisco, un grupo pequeño de funcionarios, que en lo individual no sabemos qué intereses tengan o busquen, lo cierto es que todos sabemos que Colima y Jalisco formamos parte de una región del país, debidamente integrada y complementaria, con muchos beneficios mutuos y con una región fructífera, que nos han permitido a ambas entidades arribar a niveles muy apreciables de desarrollo y que se ha acendrado la convivencia e intercambio recíproco tan profundamente, que quienes lideran el conflicto no se han dado cuenta del grave daño y los irreparables perjuicios que se nos causaría si este conflicto evoluciona empeorando y llega la violencia. No ciudadano, ¡eso jamás! Esto nunca debe suceder y las autoridades o grupo de Jalisco que promueve estos riesgos, ya debe saber de una vez por todas, que no debe jugar con nuestra propia y recíproca seguridad, tranquilidad y convivencia entre vecinos y hermanos mexicanos jaliscienses y colimenses. Vaya pues, un atento pero enérgico llamado para todos los actores en este lamentable diferendo, pero sobre todo para los señores Senadores, que ya deben dar muestra de lo que deben estar haciendo: cuidando y salvaguardando nuestra convivencia, nuestra seguridad. Sí señores Senadores, ya basta de poner en riesgo no sólo la tranquilidad de nuestros hermanos, ya basta de que su negligencia ponga en riesgo las vidas de los jaliscienses y de los colimenses. Y tú Gobernador de Colima, esgrime tus razones, exige la atención que todos los mexicanos nos merecemos, hazlo con tino y energía, pero siempre con ecuanimidad, con sabiduría, con respeto; con la ley y razonamientos y en ello, todos los colimenses estamos contigo hasta el final.

El origen de todos los males sociales

Cuanto se ha hablado y escrito sobre la corrupción, yo creo que no ha habido ni un día en que no se hable de la corrupción, ¿y que se practique? Bueno, pues también; no ha habido un solo día en que no se practique este vicio, maña, deporte, subterfugio, delito o como queramos llamarle. Pero ¿qué es la corrupción y cómo o quién podría empezar realmente a combatirla? Recuero perfectamente, hace 25 años, cuando el Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, primero como candidato y luego como presidente, planteó como lema aquella frase que reza: “Por la renovación moral de la sociedad”. ¿Se da cuenta apreciable lector la profundidad del significado de tal propuesta? ¿Sabría algo o mucho, o hablaría a tanteo nuestro Presidente de aquella época o sexenio (1982-1988)?. Bueno, pues precisamente por aquella intención del Presidente de la Madrid; sí, porque fue pura intención y ahí quedó amigos, fue que ordenó que se creara la Secretaría de la Contraloría, hoy Secretaría de la Función Pública, y puso al frente a un funcionario, hasta donde yo supe, probo y honrado, al Lic. Francisco Rojas, cuyo segundo apellido no recuerdo, pero no confundir con otro priista, trapecista del mismo nombre, que casi siempre está en el Congreso. Bueno, el contralor Francisco Rojas, se vio de pronto en el océano más grande posible de corrupción, pero entró tan decidido y querendón, que hasta estableció la siguiente sentencia: ¡la negligencia es sinónimo de corrupción! Y aquí y ahora vamos todos con la voluntad y decisión del Presidente, a combatir y erradicar la corrupción. Pero ¡oh! craso error, tanto el Secretario como el Presidente no sabían que estaban en medio de un océano y que todo lo que los rodeaba y alcanzaban a ver con sus ojos, era océano; ¿y qué creen ustedes? ¡No sabían nadar!, sí amigos, así de sencillo, no sabían nadar, ¿y qué pasó? La corrupción los ahogó a ambos y perecieron en su intento, y la corrupción hasta hoy sigue fortalecida y gozando de buena salud. Bueno, este es un tema que da para más y lo habremos de continuar, Dios mediante; por hoy es todo para no cansarlos apreciables lectores.

No hay comentarios: