Representante Legal

viernes, 26 de octubre de 2007

Un Presidente con mucha voluntad...

Perspectiva Política y algo más…

*Un Presidente con mucha voluntad, ¿pero con aciertos? *Política y más política, no hay de otra

Aún no cesan los airados comentarios unos a favor y otros en contra, respecto de el paquete de reformas que acaban de aprobar las cámaras federales legislativas, la de Diputados y la de Senadores, respecto de la autorización del aumento al precio de la gasolina y la reforma referente al ámbito electoral que desde luego incluye a la reestructuración del IFE, ambas reformas han resultado complejas y polémicas y no reflejan necesariamente y de manera puntual la voluntad popular, si no más bien han sido el fruto de propuestas y discusiones que se han venido llevando acabo entre los representativos de las tres fuerzas políticas más populares en el país, pero a la vez dichos actores han venido planteando o proponiendo, no lo que creen que es lo que más le conviene al pueblo que representan, es más, ni siquiera lo que más le conviene a ellos mismos, sino que la puja o pleito es y ha venido siendo por lo que creen o les han hecho creer qué es lo que más le conviene a su dictador, líder o jefe, o a su partido como institución en búsqueda del poder al más alto nivel que es la presidencia y la mayoría de las cámaras, así como las gubernaturas estatales; y es ahí donde en ese contexto en el que involucran al Ejecutivo Federal en turno, así como a los legisladores de su partido y con un entorno propicio para todos que implica la necesidad de hacer algo ante el pueblo, una especie de catarsis política, donde cada actor político cree que expía sus culpas o se justifica por lo menos; es ahí donde en tales circunstancias tiene la clase política a la ciudadanía, en un suspenso en el que se avizoran luces y sombras, pero no claridad ni certidumbre de los resultados anunciados por los políticos y anhelados por el pueblo. Agréguese a lo anterior el activismo inusual en el ámbito político federal de los caciques, perdón, gobernadores de los Estados, quienes propiciaron la medida contraproducente y fuera de toda lógica, el llamado gasolinazo, Gobernadores que por pingues, aumentos en sus arcas locales, no les importa el impacto desproporcionado que deberían haber sabido que provocarían con su testaruda petición de más recursos pero a la fácil, es decir, sólo ordenando que el pueblo pague más sin ningún razonamiento, ni considerando alguno, donde sólo piensan que llegará por arte de magia más dinero a sus Secretarías de finanzas; pero ¿para qué dicho dinero? Ahí es donde resulta evidente peor el remedio que la enfermedad. Mire estimado lector, aquí hay dos sucesos lamentables que como siempre lastimarán más al pueblo y a lo mejor beneficiarán en algo a la clase política, no estoy seguro, tal vez, pero veamos; los Gobernadores no tienen ideas ni formas de crear sus propios ingresos a pesar de tantas ofertas de estímulos, por parte de la federación para que éstos lo hagan, pero fue así como los Gobernadores le plantearon al Ejecutivo Federal que les dé mas dinero, y una forma fácil era una iniciativa de ley que decretara el aumento de gasolina y sus derivados, con ésta medida sólo movieron el avispero que son nuestros respetables productores agropecuarios y muchos comerciantes donde encontraron la razón y justificación para aumentar sus precios y sus ganancias inequitativas. Cabe aclarar que no todos actúan así, pero sí la gran mayoría; entonces aquel dinero extra que recibirán los gobiernos estatales que según se comprometieron, “sería para gasto social a favor del pueblo”, ya quedó inexistente y rebasado por la cascada de aumentos que se inició y seguirá; éste fenómeno lo conocían los gobernadores y sus Secretarios de finanzas que así iba a ocurrir, ¿y el gobierno federal acaso no lo preveía o contemplaba? Ahí es donde está la otra cuestión; ¿de qué sirven esos clubs de amigos que tienen como asesores todos los ejecutivos y que tanto le cuesta al pueblo incluyendo al gobierno federal? ¿Por qué ahora, 26 de septiembre, tiene que tratar el Presidente de atajar todas esas especulaciones y abusos que muchos productores y comerciantes han iniciado en contra del pueblo, con el pretexto del aumento a la gasolina que ni siquiera se ha dado ni se dará sino hasta el inicio del año próximo? Era necesario que ocurriera esto en la nación, donde un Presidente sorprendido y desconcertado, en cadena nacional trata de explicar lo muy explicable, pero que el daño ya está hecho, ¿y qué, tampoco él tiene asesores? ¿Cómo podemos estar impávidos y cruzados de brazos los mexicanos con estos hechos imprudentes que sólo provocan un río revuelto, para que los vivillos de siempre especuladores y explotadores se salgan con la suya? ¿y los Diputados y Senadores, ellos sólo reciben la línea o sugerencia de más arriba? Creo que ya nadie justifica como buenos frutos éstas medidas que generan nuestra costosísima democracia, y luego nos preguntamos ¿por qué el pueblo no sale a votar? ¿por qué no confía en sus políticos? etc. Hay que hacer algo. Por lo pronto que trabajen más todos lo amigos de los Ejecutivos, digo, los Consejeros; pero ustedes ejecutivos háganles caso, escúchenlos y tomen en cuenta sus sugerencias, no nomás los traigan en las abultadas nóminas, eso no le sirve a ustedes y al pueblo menos.

NO HAY DE OTRA

Sí amigos lectores, sólo un camino adecuado tenemos los ciudadanos, el de hacer política, sí, pero con la aclaración de que no nos ocurra lo que a muchos actores políticos, que confunden la política con la búsqueda del poder. Claro está que la búsqueda del poder no está reñida con la política, pero el poder sólo debe llegar como consecuencia de la actitud del buen político, pues debemos entender y aceptar que la política es el quehacer necesario posible e indispensable que debe desarrollar el ciudadano, para que las acciones públicas mejoren, sobre todo la de proyección hacia los que menos tienen y en general a toda la sociedad; por ello todos somos y debemos ser políticos. Pero es muy importante que la clase política tenga claro que la demagogia, mentira o negligencia, es equiparable a un delito o a la responsabilidad civil, y como tal se debe sancionar a los malos políticos o más bien a quien confunda el quehacer político, porque la verdad sea dicha, hay en nuestro país muchos ciudadanos con calidad y vocación de servicio, sólo que en muchas ocasiones dichos actores de la política están inmersos en un entorno que no les permite o no les deja actuar con toda la eficacia y buena fe que estas personas quisieran, y más aún hay quienes yendo contra viento y marea luchan y actúan con su verdad, con su convicción por enfrente y así se desenvuelven, pero a qué costo y con cuánto esfuerzo extra, pero de que los hay, los hay, y a mucha honra en nuestro país. Lástima para nuestro infortunio que no son la mayoría, pero en la medida que el ciudadano participe y exija como civil que es ante nuestro gobierno, en esa medida pronto seremos mejor y tendremos un México mejor para todos, sólo hay que darle un poco de nuestro tiempo y esfuerzo a eso que le llamamos política, pero que muchos no le hacemos caso porque tenemos una idea equivocada de lo que es o significa dicho concepto; ¡hagámonos políticos todos!, pero de los buenos, eso lo necesita nuestro país, no hay que olvidarse que somos un Estado en desarrollo y a propósito de Estado mexicano, el Estado lo conforman tres elementos; a) un territorio, b)una población y c)un gobierno. ¿qué clase de Estado somos? ¿de primera, de segunda u otra? Nuestro territorio es excelente, no hay uno mejor en el mundo, creo yo; nuestro pueblo o población es de primera, creo también, ¿y nuestros gobiernos?... bueno, pues ahí quién sabe, pero todos somos responsables de los gobiernos que tengamos, de nosotros depende ¿no cree usted estimado lector?


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